jueves, 10 de noviembre de 2016

EL PODER DE ROMA SE MARCHA. Caída del Imperio Romano de Occidente

En un hecho sin precedentes en nuestra imponente historia imperial, el IV de Septembris de CDLXXVI, Roma cayó bajo el poderío germano, en un abrir y cerrar de ojos. 

Por I. Anderlic y P. Larralde

   
Odoacro es consagrado rey
   En principio, todo lo que fue, ya no será igual. El martes pasado, ni bien Febo asomaba entre las colinas que fueron testigo de glorias pasadas, ocurrió un hecho que lamentablemente cambió la historia del Imperio Romano para siempre. Esa fecha, IV de Septembris del año CDLXXVI, quedará eternamente grabada en nuestra memoria. Lo que se creía impensable años atrás terminó ejecutándose sin mucho problema, y nosotros fuimos partícipes secundarios de un hecho sin precedentes. Odoacro y su ejército se instalaron en Rávena, cerca de Roma. Tal como lo habían planeado, avanzaron a paso lento pero firme hacia la nuestra capital imperial. Según relataron vecinos del palacio imperial, los germanos burlaron la guardia y sin prácticamente resistencia, lograron llegar al palacio.Ya dentro del mismo,se dirigieron al sitio donde nuestro emperador Rómulo Augústulo (¿era nuestra máxima autoridad?) se encontraba durmiendo. 

   Testigos del hecho tristemente manifestaron a este diario que de lo que fue una corta conversación, algo que hubiera sido increíble para un emperador de otra época, derivó en la proclamación del “bárbaro” como rey por su propio ejército. “Fue como lo pensaba, una Roma decadente no puede ante el poder germano”, expresó el nuevo rey Odoacro en una rueda de prensa. Según fuentes extraoficiales, el emperador y su familia serían trasladados a una prisión cercana a la frontera con la Galia en las próximas semanas.


   Sin embargo, el relato oficial había proclamado otra cosa: “No pudimos hacer nada”, dijo Rómulo Augústulo a sus asesores, cuando el hecho había acabado. ”Ellos nos sorprendieron, no pudimos reaccionar”, fueron algunas de sus excusas. Sus detractores no quedaron conformes con estas simplistas explicaciones. “Nunca tuvo agallas para gobernar”. “Hoy, nuestra maravillosa historia de poder y dominación ha sido masacrada por un inepto” repetían unos a otros. Algunos sumos sacerdotes, quienes pidieron reserva de sus nombres, manifestaron a este medio que el poder de los dioses caerá sobre nuestros gobernantes, tarde o temprano.

   Mientras tanto, en las calles, la vida siguió. Nada parecía alterar el ritmo y la rutina de los romanos, aunque nosotros como testigos agudos de la realidad desde nuestro rol de cronistas nos preguntamos: ¿Somos conscientes de lo sucedido? ¿Qué pasará con nuestra economía? ¿Cómo podremos solventar los gastos de nuestro ejército? ¿El Imperio de Oriente tuvo algo que ver con esto? Todos estos interrogantes, algunos sin respuesta, nos llevan a afirmar con profunda tristeza y preocupación que es verdaderamente un hecho catastrófico la caída de nuestro imperio. 

   Analistas sostienen que nuestra economía y calidad de vida podrían verse afectadas rápidamente y nuestros enemigos sembrarán el temor cobrándose cientos de víctimas y saqueando nuestro tesoro, en venganza por años de los que ellos llamarían “esclavitud a la romana”.

   Lo sucedido podría tener honda repercusión en nuestra realidad. Ya no somos el faro todopoderoso de Occidente. Ancianos sabios afirman que nuestra cultura imperial quedará teñida de lo “bárbaro” y comenzará a empobrecerse nuestra herencia a generaciones futuras ¿Quiénes son estos germanos para “pisarnos la cabeza”? Sin lugar a dudas, no saben a quién se enfrentan.

   Ese simple acto de rendirse ante el enemigo podría ser un “quiebre” para el Imperio de Occidente y podría dividir nuestro territorio en varios reinos bajo el dominio de distintos pueblos germanos. Por eso, Roma debería llorar.


jueves, 3 de noviembre de 2016

DECADENCIA Y FIN DE NUESTRO IMPERIO. Caída inminente de Roma

La situación económica de Roma empeora día a día y esta circunstancia es aprovechada por los Hunos para atacar e intentar conquistar la ciudad. ¿Podrá Roma resistir el ataque?

   Todos los caminos conducen a Roma. Pero, ¿es esto algo bueno? ¿Podrá lo que nos llevó a la gloria ser la causa de nuestra ruina? Aquello que construimos en beneficio de nuestro pueblo es ahora una amenaza.


Red de caminos de Imperio
   Desde la muerte del gran emperador Augusto, el Imperio no pudo volver al gran apogeo que tuvo desde el año 27 A.C hasta el 14 D.C. Ninguno de sus descendientes estuvo cerca de igualar al grandioso Octavio, quien fue el primer emperador de Roma. En la actualidad, el Imperio Romano se ve debilitado ante los ojos de nuestros enemigos: una potencia que perdió su poder, desde que el emperador Teodosio adoptó el cristianismo como religión del Imperio.

   Los hunos han comenzado a atacar Roma aprovechando nuestra red de caminos. Aunque muchas personas del pueblo romano confían en que lograrán el éxito en esta guerra, este diario preferiría no cantar victoria anticipadamente y pensar en los problemas que causan los hunos, quienes, con sus ataques, pueden tranquilamente destruir Roma. Es un pueblo cuya agresividad y violencia no tiene igual. Son temidos en todas partes.

Otro problema que tenemos en la actualidad es el aumento de los tributos que debe pagar la población. Representa un gran esfuerzo que debemos realizar para poder pagarlos, y esto ocasiona a veces una triste realidad para muchos de nosotros.

La inmigración es otra dificultad que Roma debe superar. Hemos tratado de expulsar a los extranjeros, tanto por la fuerza como por otros métodos pacíficos, pero no hay manera de alejar a estos inmigrantes de nuestra gran ciudad. Esto otorga una gran ventaja para los hunos para atacarnos, ya que representa una distracción para el ejército romano, que tiene varios frentes a cubrir.

En conclusión, Roma está llegando a su fin. Los caminos que construimos tiempo atrás son nuestra perdición, ya que algunos extranjeros los aprovechan para atacarnos y otros para instalarse aquí. Roma está en decadencia, y si no hacemos algo para preservarla, será el fin de nuestro Imperio.

miércoles, 2 de noviembre de 2016

POLÍTICA. Nueva forma de gobierno implementada por diocleciano

El mes pasado, Diocleciano asumió al poder del Imperio Romano. Al asumir, decidió hacer algunas reformas para mejorar el Estado y hacer que Roma sea más fácil de gobernar. Para esto, declaró la tetrarquía.

Busto de Diocleciano
Diocleciano, nació el 24 de decembris del año 245 d.c. Emprendió una carrera militar que, sin ser excesivamente brillante, le permitió convertirse primero en comandante de la guardia imperial y más tarde en cónsul.Tras el asesinato de Numeriano, Diocleciano dio muerte al presunto homicida, y fue proclamado emperador por el ejército de Asia Menor. Un año después, tras la desaparición de Carino, coemperador y hermano de Numeriano, el senado le aprobó la dignidad imperial. (Apartado)

A la semana siguiente decidió dividir al Imperio Romano en dos: El Imperio de Occidente y el Imperio de Oriente. Más tarde le designó una capital a cada uno. Optó por Roma como capital del Imperio Occidental y Bizancio del Oriental. Diocleciano quedó al frente del Oriental y ubicó a Maximiliano al frente del Occidental, con el nombre de Augustos.

“Esta reforma ayudará al Estado a salir adelante tras el colapso integral de la civilización romana”, declaró. Sin embargo, un reconocido político llamado Marcus afirmó que esto no ayudaría, ya que provocaría varios problemas entre los sucesores del poder. Más adelante, Diocleciano tendría en cuenta el punto de vista de este político.

Para evitar problemas, el nuevo emperador tomó la decisión de declarar dos futuros gobernantes, para evitar los problemas nombrados por Marcus. Estos eran lugartenientes y se convertirían en Augustos luego de veinte años. Recibieron el nombre de Césares. “Esto evitará peleas por la asunción al poder”, afirmó. Diocleciano no estuvo en lo correcto, tal como dijo Marcus, ya que actualmente hay conflictos entre los césares.

Otras reformas que este gobernador llevó a cabo fueron recortar la autoridad del senado, transformar las 57 provincias existentes en 96 y las agruparlas en 12 diócesis, separar en cada provincia el gobierno civil del militar para impedir las usurpaciones. En los social, estableció nuevos impuestos, tanto territoriales como personales. En la parte cultural, hizo obligatorio el culto a Júpiter.

Esta nueva reforma no parece ser muy beneficiaria para todos ya que estos conflictos entre los cesares pueden causar posibles guerras entre los dos imperios que podrían o no terminar acabando con toda Roma.Por último, la tetrarquía ¿acabara o mejorará Roma?